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Valentina y José Ramón: un amor que se afirma en Minas de Mármol
Por: Team Bridetique
Bajo la luz del desierto se realizó la boda de Valentina Treviño y José Ramón Servín en la mina de mármol de Cuatro Ciénegas.
Hay lugares que guardan un secreto, una energía antigua capaz de recordarnos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Cuatro Ciénegas, en el corazón del desierto coahuilense, es uno de ellos: un paraje tan extraordinario que los científicos llaman el origen del todo, pues entre sus mármoles y manantiales nacieron las primeras moléculas que dieron vida a nuestro planeta. Y fue precisamente en ese escenario atemporal donde Valentina Treviño y José Ramón Servín eligieron celebrar su propio "origen del todo": el comienzo de una nueva etapa, el inicio de su historia eterna.
Esta mina de mármol enclavada en el desierto de Cuatro Ciénegas, Coahuila, es una de las locaciones más impactantes de México y el lienzo perfecto para una celebración profundamente personal y visualmente inolvidable. Porque si algo tenían claro, Valentina —comunicóloga y experta en marketing digital— y José Ramón —empresario—, es que no querían seguir la ruta tradicional de una boda en jardín o hacienda; querían algo diferente, que se sintiera fuera del tiempo y del mapa.
Y así encontraron Cuatro Ciénegas: el escenario ideal para celebrar su propio origen como esposos.

Su historia de amor
La historia de Valentina y José Ramón comenzó hace más de una década, entre coincidencias y destinos cruzados. Se conocieron en Vail, se reencontraron años después en Miami y, desde entonces, no se separaron.
La propuesta de matrimonio también fue distinta: sin clichés, sin escenario montado. "Un día le dije: ¿y si nos casamos?”, recuerda Valentina. "Y entre risas, dijimos que sí. Así de simple, así de nuestro".
Tiempo después, él le entregó el anillo en el lugar más íntimo y sincero: en su cama, en pijama, justo como ella lo había imaginado. Un instante cotidiano, pero perfecto, que marcó el inicio de su "para siempre".


La novia, en Westwood
El look de Valentina fue un reflejo de su personalidad libre y sofisticada: un diseño de Vivienne Westwood que compró en Los Ángeles y que combinaba estructura y romanticismo con ese aire rebelde característico de la firma británica.




Lo complementó con un sombrero Stetson grabado especialmente para ella, como guiño al espíritu western del desierto.

La temática de la boda tuvo un guiño Cowboy.
José Ramón apostó por un tuxedo cruzado de Armani con pantalones de corte vaquero diseñados por Patricio Campillo, y un sombrero de Louis Vuitton, logrando un equilibrio perfecto entre elegancia y carácter.


La mina de mármol de Cuatro Ciénegas: un escenario irreal
La mina de mármol fue transformada en un escenario onírico gracias a la intervención de Penthouse Agency, bajo la dirección creativa de Julián Galindo, padrino y gran amigo de los novios. El concepto partió de una premisa sencilla pero poderosa: exaltar la fuerza del entorno. La textura blanca del mármol, la luz dorada del atardecer y el silencio absoluto del desierto bastaban para crear una atmósfera de pura magia.
La operación estuvo a cargo de Marla Rodríguez, planner residente de la mina, mientras Valentina se involucró personalmente en cada decisión: desde la posición exacta de las servilletas bordadas a mano por su madre, hasta el aroma de los jabones elegidos para los baños. Cada detalle fue diseñado a medida, con un enfoque completamente bespoke que convirtió la celebración en una experiencia sensorial y profundamente personal.


Pero detrás de cada elección había algo más que una novia apasionada por la estética: había una creadora. La visión de Valentina fue tan clara y personal que este proceso marcó el inicio de su nuevo proyecto: E.L.I.A.M, una firma dedicada al diseño y producción de experiencias a medida.
Mientras sellaba su historia de amor con José Ramón en el corazón del desierto, también daba vida a otra historia: la de un sueño que venía gestándose desde hace años. Valentina encontró una pasión en la creación de momentos con alma: celebraciones que reflejan la esencia de quienes las viven. Su propia boda fue, en muchos sentidos, un laboratorio creativo, una combinación de intuición, sensibilidad y perfeccionismo, que hoy da forma a su propuesta más personal y auténtica.

@____eliam

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El momento más memorable
Para los novios, elegir un solo instante es imposible. Desde el vuelo rumbo a Cuatro Ciénegas, todo fue mágico: estar rodeados de su gente en un escenario tan poderoso fue una experiencia inolvidable. Los 135 invitados fueron testigos de una celebración que fusionó naturaleza, diseño y emoción, y que tuvo su punto más simbólico en el primer baile al ritmo de Open Season de Josef Salvat —la canción que marcó el inicio de su historia—.




El dream team de proveedores detrás de la boda:
Fotografías: @samtakataka @takataweddings @iamgabrielagum
Event Design: @agenciapenthouse
Experience Design: @eliamstudio
Wedding Planner: @marlardzeventplanner
Hotel: @hacienda1800
Flores: @flor_de_loto_mx_
Make up: @salvadorgonzalezbrides
Dress: @viviennewestwood
Zapatos: @jimmychoo @lorenasaravia
Traje novio: @emporioarmani @campillo_official
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