Conoce cuáles son las tendencias de la semana de Alta Costura que están listas para llevarse al altar en 2026.
La Semana de la Alta Costura de París volvió a demostrar su poder de encantamiento en los desfiles Otoño-Invierno 2025/26, donde las grandes casas y talentos emergentes ofrecieron mucho más que moda: presentaron universos oníricos, piezas dignas de una obra de arte y siluetas que deben ir directamente del runway al altar.
Tu vestido de novia puede venir directo de la pasarela, porque si hay algo claro es que la estética bridal está inspirándose cada vez más en el dramatismo y la sofisticación de la costura más exquisita. Hicimos un recuento de las seis grandes tendencias que dominaron las pasarelas y prometen marcar pauta en las bodas más memorables del próximo año.
1. Beads everywhere
El bordado con pedrería dejó de ser un simple acento decorativo para convertirse en protagonista absoluto y crear texturas, reflejos y patrones que parecen esculpidos en luz. Esta tendencia es ideal para novias maximalistas, aquellas que no temen robar todas las miradas y desean brillar, literalmente, como una joya en movimiento en su gran día.
Rahul Mishra, con su enfoque artesanal, bordó constelaciones de lentejuelas y perlas sobre tules vaporosos que parecían flotar. Georges Hobeika elevó el glamour con cristales aplicados a mano. Mientras que Armani Privé apostó por composiciones de siluetas sensuales y texturas luminosas con microbordados con efectos metálicos. Por su parte, Tamara Ralph presentó siluetas cargadas de lujo discreto gracias y Schiaparelli abrazó un enfoque más escultórico y conceptual, integrando pedrería como parte del diseño estructural.



2. Low waist, el regreso más inesperado
La silueta low waist, icónica de los años 2000, regresa con un giro sorprendentemente romántico. Aunque para algunas pueda parecer una apuesta arriesgada, en el mundo bridal adquiere una nueva dimensión romántica y suave.
Chanel sorprendió al traer de vuelta la cintura baja en looks de silueta delicada, evocando un aire bohemio. Una propuesta inesperada que podría seducir a novias que buscan una reinterpretación contemporánea del vestido clásico o para bodas civiles o ceremonias más relajadas, ya que muestra un aire etéreo y despreocupado.


3. Cuellos cerrados y mangas largas, un guiño a la elegancia total
El cuello de tortuga y la manga larga se convirtieron en el nuevo código de sofisticación, porque no hay necesidad de mostrar piel para causar impacto. ¿Te casas en invierno? Esta tendencia de belleza atemporal es perfecta para bodas invernales o simplemente para ceremonias religiosas.
Esta vez, Elie Saab apostó por transparencias delicadas y bordados intrincados que equilibran lo clásico con lo etéreo, mientras que Balenciaga llevó la propuesta al extremo, con líneas puras y dramatismo.




4. Dorado, ¿es el nuevo blanco?
Los tonos dorados, champagne y metalizados cálidos dominaron varias colecciones. Esta trend es perfecta para novias que quieren romper con el blanco tradicional sin renunciar al efecto wow.
Elie Saab volvió a hechizar con vestidos que parecían salidos de una fábula barroca, saturados de lentejuelas y bordados en oro viejo. Iris van Herpen, fiel a su estética futurista, trabajó el dorado como un metal líquido, en texturas tridimensionales que desafiaban la lógica textil. Y Armani Privé, siempre impecable, apostó por versiones luminosas que iban del soft gold al cobre, para una elegancia pura, casi celestial.
5. El corset como pieza central, llena de estructura y sensualidad
Esta pieza, además de resaltar la silueta, aporta una dosis de elegancia estructurada. El corset o corsé, es ideal para novias que buscan un look clásico con un twist de alta moda, pues esta prenda está lejos de ser lo que era en el pasado: ahora es un grito de poder y sofisticación.
Mohamed Ashi lo integró en vestidos que parecían fusionar arquitectura y feminidad; Rahul Mishra ofreció versiones más románticas con bordados; y Armani Privé lo suavizó con líneas fluidas que definían sin rigidez.
6. El drama se viste de alta costura
Si algo dejó claro esta temporada es que el dramatismo está más vivo que nunca para las novias más valientes, que entienden su boda como una puesta en escena y no temen ser recordadas por su impacto visual.
Los ejemplos más claros fueron los de Iris van Herpen volvió a desafiar la física con vestidos que flotaban; Stéphane Rolland trabajó el volumen como escultura en movimiento; Ashi Studio que decidió experimentar con su espectro creativo; Robert Wun jugó con la fantasía, contrastes y estructuras con las cuales decidió “coronar” a una modelo con una figura extraña en la cabeza; mientras que Margiela entregó una colección absolutamente teatral donde el encaje se empleó como una extensión de la piel.
Con todas estas propuestas, la moda se volvió un acto de expresión total.
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